Independientemente de los conocimientos técnicos y académicos, o de la experiencia que le puede proveer la práctica profesional, un abogado que desee tener éxito en el ejercicio de su profesión, desde mi punto de vista como administrador de empresas y de mi enfoque a los negocios, debe poseer varias cualidades y fortalezas, que la mayoría de veces, no se aprenden en el ‘alma mater’ estas fortalezas son:
1- Facilidad para solucionar problemas.
El abogado debe buscar arreglos rápidos y beneficiosos para sus clientes, no ser parte del problema sino de la solución, simplificar procesos. Sí por ejemplo para garantizar un préstamo de bajo valor monetario, puede simplificarlo con un pagaré, que no recomiende un contrato de préstamo con todas las formalidades que ello conlleva. Al fin y al cabo, y esto es juicio personal, la mayoría de problemas legales tuvieron un origen administrativo, en el caso del ejemplo, sí no se evalúa debidamente al deudor, da lo mismo la clase de documento que firme reconociendo la deuda.
2- Habilidades para evaluar situaciones o hechos.
Debe ser hábil, raudo y veloz utilizando el sentido común y la lógica, por ejemplo, sí una demanda contra un cliente está mal planteada y se puede “botar” o hacer que sea desestimada, ¿para qué se va a complicar considerando el fondo de la demanda? Que haga que la desestimen.
3- Debe tener facilidad de comunicación verbal, escrita y corporal.
Ser capaz de poder exponer su posición y argumentos de forma concisa, sencilla, convincente, denotando autoridad y conocimiento, todo de manera clara y objetiva, es muy bien valorada su habilidad creativa, su pensamiento de avanzada, esto lo conducirá a que tenga suficiente “cintura” como los futbolistas haciendo quiebres en la cancha, para adaptarse velozmente a los cambios, que cada día son más frecuentes y rápidos
4- Capacidad de trabajo en equipo multidisciplinar.
Un abogado exitoso es capaz de trabajar en equipos multidisciplinarios, no solamente en distintas áreas del derecho con otros abogados, sino con contadores, auditores, ingenieros, médicos, biólogos, dependiendo del caso o área de práctica, será muy beneficioso para su éxito, el poder formar redes de referidos, redes con proveedores y con otros profesionales, fomentando el trabajo. Como dice una vieja frase: “No es necesario saberlo todo, pero sí tener a la mano el teléfono de quien lo sabe”, y eso se logra, haciendo redes, contactos, creando relaciones.