En todo el mundo, el petróleo y sus derivados han bajado de precio hasta niveles que ni siquiera se sospechaba. Los consumidores y empresarios podrán holgar su presupuesto, pero otros países del sur tienen problemas.
El precio del petróleo ha mostrado un descenso inesperado en los últimos seis meses y hay pocas posibilidades de que vuelva a encarecer en el corto plazo.
El petróleo es un producto que se vende a través de contratos. Los comerciantes utilizan un precio internacional de referencia, que para mercados como el centroamericano es el de Estados Unidos. La referencia tradicional está en la categoría del petróleo ligero de Texas (WTI, siglas en inglés), cuyo precio cambia todos los días y se cotiza en el mercado de valores.
En la sesión de ayer del mercado de valores de Nueva York, el barril de petróleo de Texas bajó 5 % en comparación con la sesión del viernes, o $2.65, y llegó hasta $50.04.
Los analistas internacionales coincidieron que es el nivel de precios más bajos desde abril de 2009: en esa ocasión, llegó a $50.97.
El precio de referencia del petróleo de Estados Unidos tuvo su mayor pico en junio de 2014 cuando se cotizó hasta en $107.06 por barril. Fue desde ese mes, y hasta el cierre de la negociación de ayer, que el valor del crudo ha caído en un 53 % en ese mercado, cerca $57.02 por barril.
El cambio se traduce en buenas noticias para los consumidores y las empresas. El uso del petróleo y los productos que se obtienen con su procesamiento se observa en todo tipo de procesos: desde la industria del plástico, pasando por la energía eléctrica, hasta productos para bebé, como la vaselina.
El Salvador, como las otras naciones centroamericanas, no tiene un pozo petrolero. Cada gota de crudo viene del exterior y la importación se resume en la llamada factura petrolera.
Según datos del Banco Central de Reserva de El Salvador (BCR), la factura petrolera registrada en enero de 2014 fue de $198.02 millones y para noviembre de 2014 la importación de derivados del petróleo bajó un 34.8 % hasta los $129.9 millones, que son unos $68.07 millones menos a los reportados a inicio de ese año. No obstante, al comparar la importación de derivados del petróleo entre noviembre de 2014 y noviembre de 2013, la factura petrolera ha bajado solo $1.5 millones (1.17 %), ya que para noviembre de 2013 se reportó una compra de derivados del petróleo por $131.4 millones.
Entre los efectos directos que ya se perciben en el país debido a la caída internacional del precio del petróleo es el descenso del precio de las gasolinas y diésel (ver nota secundaria) y la disminución en la tarifa de la energía eléctrica, ya que el Gobierno anunció un rebaja de al menos un 10 % que aplicará para el trimestre comprendido de enero a abril del presente año.
Doris de Rivera, gerente de Inteligencia Industrial de la Asociación Salvadoreña de Industriales (ASI), dijo que los bajos precios del crudo impactarán de forma positiva a la industria salvadoreña, ya que sus costos de producción deberán bajar.
“Esto incidirá de manera positiva sobre todo en la industria que utiliza mucha materia prima derivada del petróleo. Por ejemplo para el sector plástico es una buena noticia”, indicó de Rivera.
La representante de la gremial dijo que si bien los precios del crudo han bajado desde junio pasado, las empresas salvadoreñas tardarán un poco más en ver los efectos positivos en su totalidad, ya que algunas tenían inventario caro que poco a poco han evacuado; sin embargo, en temas como transporte de mercaderías y otros insumos, ya empezaron a percibir la reducción en los costos.
“Los efectos positivos se esperan para los primeros meses de 2015 de mantenerse la tendencia. Pero es positivo en el tema de materias primas, transporte de los productos y en el precio de la energía”, apuntó la economista de la ASI.
Ahora, ¿qué está pasando en el mundo y que ha presionado hacia abajo los precios del “oro negro”?
En junio del año pasado, el crudo se negoció arriba de $107 por barril. Pero el incremento en la producción fuera de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), especialmente en Estados Unidos, aumentó los suministros justo cuando la debilidad en la economía global disminuyó el crecimiento en la demanda de crudo. La decisión tomada por la OPEP en noviembre de mantener sus niveles de producción existentes aceleró la caída de los precios.
Uno de los principios básicos en los mercados es que, cuando hay más mercadería disponible, se puede vender más barata.
Hay países en América Latina que sí cuentan con pozos de donde extraer oro negro: Venezuela (miembro de la OPEP), Ecuador, México, Bolivia, Colombia. México ha tomado la decisión de abrirse a inversiones privadas en la producción del crudo, mientras que Venezuela y Ecuador, que desarrollaron una fuerte dependencia de los ingresos por la exportación de esta materia prima, sí enfrentan problemas.
Ayer trascendió que en Ecuador recortarán el plan de gastos nacional. El gobierno de Rafael Correa recortó $1,420 millones de su presupuesto para el año en curso a raíz de la caída del precio internacional del petróleo, informó el Ministerio de Finanzas. La disminución afecta en $839.8 millones los gastos de inversión y en $580 millones los gastos corrientes de salarios, bienes y servicios.
En tanto, Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, intenta promover un alza en los precios de los combustibles, pero no ha reunido suficiente apoyo.
Fuente: La Prensa Grafica